Al final, puede que la vida del buscador sea eso, encontrar aquello que ya existe para calmar la sensación de vacío o desubicación experimental del alma, en un paradigma aparentemente nuevo, pero seguramente olvidado. Ahí está también la lucha constante por modificar la realidad que está experimentado hoy, mediante el contraste con el recuerdo profundo y en muchos casos inconsciente de su sentimiento de realidad esencial.
La partida inicial en muchos casos, la divina e iluminante incertidumbre «salto de Fe» que tantas angustias ha promovido, aun que hoy, somo privilegiados respecto a los valientes que nos preceden en este despertar, y que nos abrieron paso incluso sacrificando sus vidas ante «el miedo de la ignorancia del inconsciente colectivo del momento».
Hoy ya podemos disfrutar de trabajos científico- analíticos como el del galardonado premio novel Werner Heisenberg que nos aclara la vista del «salto» convirtiéndolo en una pasarela amable para nuestras creencias anacrónicas. Ya no es un tema de ignorancia, ni realidad objetivable, son hechos contrastados desde muchos paradigmas de lo que se entiende como real en el mundo de la mente material, vamos, «demostrable, palpable, en lápiz y papel y experimentado».
La aventura del buscador es a mi entender, atreverse a ir más allá de los limitados 5 sentidos que han guiado al instinto primitivo de supervivencia del cuerpo físico y las creencias adquiridas de la realidad experimental, y sobre todo vencer la creencia de separación. Como dicen todos los sabios, – Todo está, tan sólo hay que permitir verlo y darle espacio y tiempo en tu día a día-.
Con esto interpreto que, –no podemos ver con los mismos ojos aquello que se pesa con diferentes balanzas de consciencia-. Ahora a lo mejor lo he liado más, pero esto me abre una nueva linea de aclaraciones. Tal como han escrito grandes científicos y filósofos de todos los tiempos como San Buenaaventura, Hugo de San Víctor, o más cercanos como por ejemplo Ken Wilber, lo que se entiende como «realidad» es una ilusión subjetiva.
Entendemos como realidad aquello que le damos veracidad personal, pero esta veracidad personal, puede estar supeditada a distintos enfoques de consciencia. En su obra más sublime»Los tres ojos del conocimiento» Ken Wilber aclara de una forma clara y concisa, que no podemos medir por igual lo que se entiende por realidad. Aclara que la realidad cambiará si estamos enfocados en tres modos principales de consciencia; conciencia con los ojos del empirismo experimental o sea, «creo lo que veo y toco con mis propias manos«, con los ojos de la razón amparados en los conocimientos de la filosofía, la lógica y la mente, o con los ojos de la contemplación amparados en las realidades trascendentes.
Pero Ken Wilber, nos invita a pensar en que en todos estos enfoques, habita una realidad «real», procesos de iluminación y auto ayuda válidos, que aún que no se puedan identificar entre si, se ayudan mutuamente caminando hacia una realidad mayor. La gran paradoja «te influyo, me influyes pero no nos conocemos porque no creo tu existencia». Puede que exista una «gran realidad»una consciencia unificadora que los incluya a todos sin discriminación.
Por tanto, te invito a que no te limites, experimentate a fondo, utilizando todo lo que está a tu disposición que hoy en día es muchísimo.
¡Resuénalo en tu interior y vívelo!
Feliz fin de semana a tod@
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