Tratar una enfermedad sin tener en cuenta la energía, es algo así como tratar de sostenernos en una silla de tres patas. Todos los seres vivos, incluyendo los seres humanos, estamos formados por la fuerza vital del universo, es decir, de energía.
La bioenergía nos brinda energía vital y es uno de los métodos más antiguo que se conocen para tratar las enfermedades.
En este artículo te enseño la visión vibratoria de cualquier ser vivo del planeta y de cómo los desórdenes energéticos promueven cada una de nuestras enfermedades.
El origen de la Bioenergía
El punto de vista bioenergético tiene en cuenta todas las formas y frecuencias de la energía vibratoria, que contribuyen a formar el sistema energético humano multifrecuencial.
De todas las formas de energía, la más básica es la materia. Por lo tanto, nuestro cuerpo está formado por millones de moléculas que dan lugar a una energía vibratoria.
Albert Einstein llegó a la conclusión ya en 1905 de que la materia y la energía, en realidad, eran diferentes formas en una misma cosa. Concluyó con que si afectamos a una, la otra se vería irremediablemente modificada.
Sin embargo y como te comentaba al principio, la bioenergía es uno de los primeros métodos que se utilizaron a la hora de tratar las enfermedades de nuestros antepasados. Este método de curación se utilizó en los pueblos egipcios. Los hindúes hablan de él a través del prana desde hace más de 5000 años, y en China se trabaja con esta energía a través de técnicas como el Chi Gong.
El padre de nuestra medicina moderna, Hipócrates (460 a. C.- 370 a. C.), ya lo afirmó: “las fuerzas naturales que se encuentran dentro de nosotros son las que curan las enfermedades”.
Por lo tanto, es innegable que existe algo más allá de lo que vemos a simple vista. Tratar una enfermedad sin conocer el desequilibrio que la ha causado no es más que una solución parcial, algo así como un parche.
Gracias a una visión holística y vibratoria del ser humano (y también de cualquier ser vivo del planeta) podrás entender en qué momento se produce una enfermedad para poder sanar desde lo más profundo del problema.
¿Cómo interpretar un síntoma desde la perspectiva cuerpo-mente-espíritu?
Un síntoma no es más que un mensaje que nos permite acceder a contenidos psíquicos. Por ello, al abordar una enfermedad, un enfoque correcto será el de observar con atención la información psico-espiritual que ese síntoma nos está dando.
Ocurre que, al comprender el sentido de la enfermedad, el dolor automáticamente cesa. ¿Y esto por qué pasa así?:
- Porque el cuerpo reconoce y acepta las intervenciones energéticas, al considerarlas como no invasivas. Con la medicación, el organismo se ve afectado por sustancias tóxicas, entorpeciendo el trabajo del sistema inmunológico.
- Porque la bioenergía es capaz de llegar al lugar que más se necesita, reestructurando el equilibrio, sin llegar a afectar a otros lugares del organismo.
La energía, además, viaja más rápido que la velocidad de la luz. Por ello, al utilizar la técnica bioenergética para tratar un síntoma, la información es difícil de extraviar. Para que lo entiendas, cuando tomamos un medicamento, la velocidad en absorber sus componentes es tan lenta que gran parte de sus propiedades se pierde por el camino. En cambio, con la energía, esto no ocurre.
¿Qué factores promueven los desórdenes energéticos?
Ya hemos visto que los desórdenes energéticos son, al final, los que causan enfermedades en nuestro organismo.
Cuántas veces se habrá visto el caso de alguien que acude a su médico de cabecera con un síntoma más que evidente, y el doctor no es capaz de saber qué es lo que le ocurre. Demasiadas veces.
El primer paso es el de tomar consciencia que todos tenemos un cuerpo energético, que puede sufrir muchas veces desórdenes que pueden confundir a nuestra mente, que es al fin y al cabo, quien tiene la última palabra en esto.
Una mente que no está preparada para entender que somos energía, comenzará a juzgar, reprimir y analizar desde el miedo, que se trata de una energía enfermiza.
Pero la mente es no es (por suerte) estática y podemos enseñarla a leer los síntomas de nuestro cuerpo físico, liberándola de represión y cargas pesadas. Y cuando esto ocurre, la energía comienza a fluir, trayendo con ella la sanación.
Dentro de los factores internos que promueven los desórdenes energéticos, la conciencia es un factor clave dentro de la formación de bloqueos energéticos que afectan al fluir de la energía en los diferentes canales de nutrición del cuerpo humano como chacras, meridianos de acupuntura y diferentes capas del aura.
Por su parte, los factores externos que más afectan al desequilibrio son la interacción con otros campos de energía y los cambios de temperatura. También tiene importancia la calidad de nuestra alimentación, nuestro descanso y las energías emocionales tóxicas.
Son muchos los síntomas que recibimos (y que nos preocupan, además de molestarnos) que lo único que quieren es avisarnos de que es necesario un cambio de vida.
Sana a tu organismo con la bioenergía
Un organismo sano es aquel que sabe adaptarse perfectamente a los diferentes estímulos de su medio ambiente. ¿Te has preguntado alguna vez a cuántos tipos de estrés sometes a tu ser? Pues si no lo has hecho, te regalo la respuesta. Son muchos, pero destacan tres:
- Estrés físico o ambiental: condiciones que ponen en alerta a tu cuerpo físico.
- Mental o emocional: factores que afectan a tus pensamientos y sentimientos.
- Espirituales con proceso de despertar y evolución de la consciencia
Por esto, si quieres un organismo sano, será imprescindible que tenga una buena capacidad de adaptación.
Y esta capacidad está sostenida únicamente por el amor. ¿La única forma de sanar? Que la base de tu vida sean la aceptación, la tolerancia, la compasión, una buena autoestima y, sobre todo, sentirte capaz de amar y ser amado.
No existe más secreto que ese.
Me encantaría leerte y que me contarás las herramientas utilizas para equilibrar tu energía y sanar a tu organismo. ¡Te espero en los comentarios!
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