La muerte es vida en otra dimensión de la creación universal. Déjame que te cuente.
¿Qué te provoca pensar en la muerte? ¿Evitas tenerla presente hasta que sucede en tu entorno?
Miedo, tristeza, dolor, rechazo son varias de las sensaciones que produce la muerte habitualmente a las personas cuando aparece en su pantalla mental o realidad vital.
¿Y qué hay de esas sensaciones? ¿Cuándo se activan en nosotros? ¿De dónde salen?¿Dónde las aprendimos? ¿Son nuestras?
Te sorprenderías mucho si profundizamos en ello. Date la oportunidad, tan sólo en un minuto de cerrar los ojos, respirar profundo y dibujar la palabra muerte en tu mente, verbalizarla suave y en voz baja.
¿Qué te produce? ¿Qué te ha venido a la cabeza? ¿Qué emoción predomina en ti?
Cómo me explicó uno de los pacientes que acompañé en la comprensión de su proceso de muerte “Ernest, lo doloroso de la muerte no es la muerte en sí misma, sino como la tienes integrada y asociada. Si lo llego a saber, me hubiera preparado mucho antes para esto”.
Fue una conversación que me abrió una gran curiosidad para comprender e investigar.
Te preguntarás qué hago yo hablando de la muerte porque puede que estés acostumbrado a verme en el lugar vitalista de los cursos de Omnia Reiki, o en talleres de crecimiento personal, que llevan a conectar con el amor y la expansión. Y puede que aún no conozcas mi familiaridad y mi relación con la muerte. Hoy te la quiero presentar.
Desde hace cerca de 15 años desperté a la percepción extrasensorial, no tan sólo en la conexión con el mundo de los guías espirituales, sino también con la apertura a la percepción de seres / conciencias desencarnadas, o más conocidos como muertos.
La verdad que no fué para nada fácil aceptar esta realidad en mi vida. Te puedo asegurar que ha sido de los retos vitales más importantes a los cuales me he enfrentado. Ver lo que nadie ve, oir lo que nadie oye con todo lujo de detalles, en entornos, casas, por la calle, en casa de la familia, con tus amigos, etc…
Me disparó muchos miedos e inseguridades, me dificultó relacionarme de forma normal con la vida, con mis familiares y amigos, y siempre desde el silencio, sin poder compartirlo por miedo al rechazo.
Por mucho que pedía, no paraba, cada vez se hacía más real, más nítido, más tangible y empírico: lo que me decían desde el mundo de los muertos era real, solo lo sabían ellos y la persona que me activaba la percepción, que por supuesto era un familiar suyo o con un vínculo íntimo muy importante).
¡Era terriblemente flipante!
En esos momentos no podía imaginar la comprensión de la vida que me iba a regalar esta apertura.
Viví muchos momentos ansioso por la incertidumbre de las millones de preguntas que se disparaban en mi cabeza para intentar comprender y con ello calmar el terror que estaba sucediendo en mi interior.
Sólo quería irme a dormir y que a la mañana siguiente todo hubiera desaparecido y que se quedara en la memoria de un mal sueño.
Con mucha ayuda profesional, paciencia y aceptación de mi situación conseguí normalizar la muerte y la vida en mi día a día, y encontrar el valor en ello. Entendí que somos conciencias multidimensionales, y que por tanto, podemos interactuar con millones de realidades paralelas y trascendidas de lo que entendemos como vida. También me ayudó a comprender la relación con el mundo de los muertos, muy diferente de la que tenía en mi mente.
Te podrás imaginar la de libros de muertos, viajes astrales y mediumnidad que me podré haber leído para calmar mis miedos e inseguridades. Pero lo que yo vivía no tenía nada que ver con la visión victimista y maléfica explicada en los libros de mediumnidad del siglo pasado.
Me generó tanta curiosidad la diferencia, que me dediqué a entregarme a la experiencia directa con los mismos muertos para que me explicaran qué era real o no de todo lo leído.
Cuales eran sus necesidades reales y si en ellas estaban las velas, ceremonias, velatorios, duelos sangrantes y eternos de sus familiares. ¿Era eso lo que necesitaban o no?
Las respuestas fueron tan increíbles que sentí la necesidad de explicar todo lo experimentado mediante conferencias, cursos para terapeutas, iniciación a la mediumnidad o viajes chamánicos con tambor para conectar con los familiares fallecidos de los participantes.
Tras 15 años de prácticas en mediumnidad, acompañando a familias a transitar los duelos desde un lugar consciente con la realidad que está viviendo su ser fallecido, la vida me ha cambiado.
Ayudando al ser fallecido a comprender e integrar su proceso de muerte para que pueda conectar con la luz que ya es, y desde ahí que pueda seguir solo su proceso de ascensión de consciencia natural me ha abierto una mirada actualizada y nueva de la necesidad del ser que deja de estar encarnado. Tengo que decir que ha sido el proceso más enriquecedor de mi vida. Es gracioso como la muerte te acerca a una comprensión de la vida muy diferente.
Así que hoy también te quiero dejar 3 tips importantes para que los dejes resonar en tu mente y tu corazón, y que forman parte de conversaciones que tengo con seres que han muerto pero se han olvidado de su potencial e inteligencia omnipresente:
- Tus seres fallecidos están contigo y siempre estarán. Formáis parte de un sistema familiar con su propio campo de energía, del cual tienes una conexión natural en tu aura. Descubrir cómo activar y despertar la visión se puede aprender.
- Nadie te enseñó a encarnarte ni a construirte desde el embrión, al ser humano que hoy se mira en el espejo y se comparte. De manera que la inteligencia que habita en ti y que te construyó esta realidad encarnada, sabe de sobras como morir o dejar de habitar este cuerpo, para proseguir su camino de evolución.
- No hay que ganarse ninguna luz que ya habita en ti. Tu ya eres luz, tú ya eres cielo e infierno al mismo tiempo. Tan sólo es una elección. Sino ¿dónde van todos aquellos que no creen en el cielo o el infierno? ¿No hay descanso eterno para ellos? No es verdad. Todo el mundo, con el proceso integrado y consciente de la muerte, tiene claro cuál es el siguiente paso.
Te invito a que me compartas qué sentiste en el pequeño ejercicio de percepción de la muerte.
Cómo me han dicho muchos muertos que he acompañado a encontrar la luz que ya son: “Ojalá hubiera sabido antes todo esto”.
Cuestionarse qué mirada y percepción de la muerte tengo en mi interior, será la base para enfocar mi inconsciente en el momento que llegue.
¿Cuál es tu mejor cielo? y sobretodo ¿cuál es tu peor infierno?
En mis formaciones y viajes a la muerte te ayudo a limpiar tus creencias frente a la muerte, las memorias sistémicas familiares frente a la muerte, a conectar con la parte de tu aura que está interconectada con tu sistema familiar, y mucho más para integrar un proceso transformador, necesario y natural llamado muerte.
Para poder hacer llegar todo mi conocimiento, coincidiendo con el mes de noviembre, en el que en muchas culturas se celebra la conexión con la muerte, con nuestros ancestros, te propongo dos actividades.
Por un lado el Curso de acompañamiento a la muerte dirigido para terapeutas en el que si eres terapeuta obtendrás nuevos recursos para el acompañamiento a la muerte, podrás elaborar procesos de duelo y pérdida desde un lugar más integrador y acilitarás el tránsito hacia nuevos posicionamientos en la vida.
Y si no eres terapeuta pero también quieres aprovechar mis conocimientos para integrar la muerte puedes apuntarte al taller Viaje a la muerte. Cuando enfrentamos uno de los miedos existenciales más grandes, lo vivimos, nos experimentamos en otros niveles de nuestra consciencia, lo cotidiano se vuelve extraordinario.
Gracias por llegar hasta aquí, y no morir en el intento 😉
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