La rabia y el enfado pueden también convertirse en nuestro aliado.
Todos hemos probado la miel ácida del enfado, la ira y la rabia, tanto externamente como internamente.
En ambos casos nos acerca a la enfermedad, y a estar desconectados de nuestra esencia más trascendida y con ello, de vivir en paz y felicidad.
La rabia, en su parte más productiva, nos puede motivar y activar a hacer cosas o a tomar decisiones.
Entonces, ¿es malo enfadarse? ¿Es inevitable?
Bueno… podemos llegar a pensar que es imposible no enfadarse, y en cierto modo, estaríamos en lo cierto.
Pero… ¿qué pasa cuando ya empiezas a ser consciente de la inutilidad del enfado emocional y quieres trascenderlo…?
Aquí tienes 4 puntos básicos para afrontar los envites más emocionales y rabiosos del ego miedoso:
- Aceptar y reconocer tu tendencia al enfado y tus miedos.
- Decide cambiar buscando estrategias que te ayuden a eliminar y canalizar de una forma no dañina esas explosiones emocionales (escribir, correr, pintar, darle a unos cojines, respirar y respirar y respirar…)
- Quiérete aún más por tu consciencia y voluntad de cambio.
- Utilizar el Amor Incondicional y Tolerancia como bálsamo para tu alma inquieta de miedos y dudas.
Y recuerda que todo pasa, que nada perdura para siempre. Que yo tengo las mismas oportunidades de ser igual de guap@, capaz, inteligente que cualquiera ya que quien validará esa capacidad seré YO.
Póntelo fácil.