¡Hola a tod@s reikistas!
Hoy hablaremos de los espasmos que sufren algunas personas durante las sesiones de reiki, que incluso en alguna ocasión pueden llegar a saltar literalmente en la camilla.
Esta situación será un indicador claro de que les hace mucha falta esa sesión y posteriores. Estas personas tienen el sistema electro/magnético sobreestimulado, y con ello seguramente un nivel de estrés elevado, tanto a nivel psicoemocional como visceral.
Vamos a ver qué podemos hacer en estas circunstancias.
A veces puede que durante la primera parte de la sesión empiece a mover alguna de las extremidades, de una forma espontánea e inconsciente. No hay que preocuparse por nada, y es importante que se lo hagamos saber al receptor de la sesión, ya que es una sensación a veces un poco desagradable ver cómo se mueven tus miembros sin que tu hagas nada consciente para que pase. Sólo es un espasmo muscular.
¡Nada que ver a una posesión demoníaca!
* Es importante tenerlo claro y dejarlo claro, ya que a veces, por culpa de falta de información, se puede desviar la atención de lo que está sucediendo realmente, y acabar interpretando que durante la sesión le hemos hecho cosas raras según sus creencias (exorcismos, magia negra, mal de ojo) y tantas otras prácticas esotéricas que nada tienen que ver con la buena práctica de Reiki.
“No tengo nada contra las posesiones demoníacas, pero no será nunca en una sesión de Omnia Reiki. Donde se aplican energías de alta vibración no queda espacio para más”
¿Qué le está pasando entonces? ¿Es malo para él? ¿Le estoy haciendo daño?
Como ya he dicho con anterioridad, no os tenéis que preocupar para nada, aunque hayan momentos espasmódicos impresionantes. Recordad que somos seres bioenergéticos compuestos por múltiples campos de energía, tanto cuantificables como no cuantificables (sutiles). En estos es donde actúa principalmente la energía Reiki.
Las energías sutiles son las únicas energías que interpenetran todos los demás campos del ser humano, incluyendo su parte más densa, la materia. Su función principal es la de enviarle energía e información para que vuelva a su equilibrio de origen, ya que en los campos sutiles se encuentra la plantilla lumínica perfecta del Ser.
Vamos a ver el recorrido paso a paso para que te quedes tranquila/o de lo que está sucediendo en ese incómodo momento.
Esta información en movimiento, que se entiende científicamente como “energía”, se transmite del practicante de reiki al receptor de la sesión mediante los “biocampos” de ambos.
Estos “biocampos” están compuestos por las distintas capas del aura, los chacras y los meridianos de acupuntura. Toda esta información, después de haber modificado su vibración lo suficiente, la podrá utilizar el sistema nervioso central para enviar las señales oportunas a los distintos órganos y sistemas para la reparación y reequilibrado natural del cuerpo del receptor de la sesión.
Cuando el biocampo del receptor de la sesión absorbe la nueva propuesta energética que le facilitamos, recalcula los valores electro-magnéticos provocándole la expresión de las energías bloqueadas mediante el movimiento muscular. Hay que aclarar que en los músculos existen muchísimas terminaciones nerviosas.
Por tanto, concluiremos que los espasmos musculares durante la sesión de reiki de alguno de los miembros del receptor será una forma que tiene el cuerpo de liberar tensiones acumuladas en forma de energía (habitualmente con información de algún suceso vital bloqueado), dejando espacio para la nueva vibración que se le está administrando.
Recordad que nosotros, los practicantes de reiki, no hacemos nada, sólo proponemos un campo vibratorio al receptor de la sesión con una energía concreta. Siempre, y en última instancia, será la capacidad natural de sanación del receptor la que provocará los ajustes necesarios para devolverle la salud.
Articulista: Ernest Guirao / Formador en Omnia Reiki Institute.