El miedo lo paraliza todo, pero si hay miedo, también hay sus opuestos: amor incondicional, compasión, perdón, en el otro lado de la balanza.
Cambiando las cargas de la balanza de la atención conseguiremos vencer.
Siempre hay una luz detrás de cualquier oscuridad, por muy oscura y grande que parezca, siempre tiene su opuesto de igual tamaño. Generando más luz desenmascararemos la oscuridad, y podremos entonces promover objetivamente actitudes de cambio, de nuevos posicionamientos, arropando siempre nuestras actividades, bajo el manto de la compasión hacia aquellas zonas más oscuras de nuestra personalidad. Sino, no habremos entendido nada de su principal función.
Hay que encender la luz del Maestro corazón para encontrar nuevas perspectivas de nuestra realidad, todo está junto, todo es uno, miedo y amor comparten el mismo espacio, deja de juzgarlos e intentar separarlos. Son en el fondo luz divina, propuestas evolutivas para nuestra alma.
Deja de resistirte, acéptalo lo antes posible y se acabará el dolor antes de lo que te imaginas, no juzgues el proceso, ni el cómo se resolucionará, sino sólo da las gracias por que ya se ha transformado este miedo, y se ha convertido en más energía vital para la evolución de mi alma, ya forma parte de mi en forma productiva, y ya no obstruye mi evolución.